viernes, marzo 31, 2006

jazz


Hay personas que aparecen y otras que vuelven a aparecer. También están las que desaparecen o las que se esconden. El aparecer es el acto de la presencia y su contrario, la ausencia; la persona, es lo que hace que ese acto cobre importancia y luego, o por ende, sentido.

A veces conoces personas y crees conocerlas una eternidad, como si hubieses compartido toda tu vida con ellas…o ellas contigo. Bueno, también están las que creen conocerte y en realidad no están ni a 1 Km. de ti. Las relaciones tienen esta infinidad de opciones, pero finalmente se reducen al estar o no estar con alguien, en ausencia o presencia. Existes o no.

Ayer fui con unos amigos del norte a Thelonious. Se iba a grabar la sesión de la noche donde participaban Cuturrufo y Lecaros, entre otros. Los nombro a ellos porque mi cultura jazzística santiaguina y blablabla no es de lo más óptimo que digamos, entonces estoy dentro de este grupito de gente que accede al jazz en escasas o contadas ocasiones y que no es parte del estilo de vida ‘jazz’ (jazz life style, como los condones), entonces, sabes lo que la gran mayoría sabe, que tampoco es una gran mayoría, porque el jazz no llega a todos. En fin.

Lo que escuchamos fue increíble. Inevitablemente terminé pensando en la música y la velocidad, en como se asocia el jazz a la noche y en todos esos prejuicios que cada estilo musical carga o descarga. Pero claro me quedó el que el jazz es algo que si siempre ha estado su lugar es siempre secundario o apareciendo en momentos…necesarios. Lo disfruto y disfruto como quienes tocan lo viven. Se puede ver el estado extático de quienes junto a sus instrumentos comunican algo. Ciertamente es también una cosa muy ondera: escuchar jazz no es algo masivo. De escalas, estilos y esas cosas no sé la gran cosa, y con suerte puedo reconocer a ciertos ejecutantes. Ese es mi piso, muy tembloroso por cierto.

Como diría mi hermano recordando viejos chiste de tv: ¿¡el jazz!? El jazz es otra coooooosa.

Pd 1: Cheated Hearts es la canción del último disco de Yeah Yeah Yeahs que más se parece a Fever to Tell. No me trago Show Your Bones.

Pd 2: Si van a Thelonious no pidan la tabla de carnes, que en realidad es un chapsui. Un fiasco

Pd 3: La plateada al jerez con puré del Bar Nacional es in-cre-í-ble.

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