lunes, marzo 13, 2006

quiero


Caí en la trampa de Sleater-Kinney gracias a F y al parecer mi estadía será larga, lo que me parece bien. Estas chicas tienen una fuerza increíble, letras que no te dejan indiferente y la sutileza de darle distinción a cada uno de sus discos. De las bandas de chicas que he escuchado esta es la mejor y muero por verlas tocar en este pequeño e inocente país. Bueno, sería mi segunda muerte en la lista, luego de ver a Tool…de eso tratan las esperanzas, ¿no?

Tuvimos un breve diálogo de cinco pasos con mi hermano sobre las esperanzas. El me decía irónicamente, luego de no poder sentarnos en uno de los tantos bares de Ñuñoa, que la esperanza es lo último que se pierde, que de eso se trata el dicho, de pensar que lo más insólito puede suceder en el instante menos esperado, y que eso era lo molesto de la esperanza, a lo que yo le respondía que en realidad no era el problema la esperanza sino el creer en ella, o sea tener esperanzas en los momentos más increíbles y adversos. Se que suena frío, pero no tener esperanzas es una suerte de esperanza encubierta; subliminal. Esperas nada por lo que un algo aumenta su valor considerablemente. Bataille hablaba de la capacidad del hombre de renunciar a un placer inmediato produciendo un abismo entre el deseo y el objeto de placer, abismo voluntario en contra de nuestra voluntad. La esperanza sería una manera de domesticar esa voluntad y hacer más llevadero el abismo. Pero se me ocurre una última cosa: eso de reemplazar la esperanza por nada me huele a ser un apostador…

Uffff!, me cansé. A ver si vamos a lo de Deep Purple.

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