domingo, abril 02, 2006

familia


Como definitivamente ya comenzó el año y todo lo complicado que eso es, necesito realizar una confesión: cada día me pongo más conservador.

Pensaba el otro día en la posibilidad de ser padre soltero y en todo el costo de aquello, y aun cuando no tengo problemas en asumir una paternidad no deseada (aclaro que soltero es una forma de decir “no casado”, “no en pareja”, “no conviviendo”, etc.), como hombre me complican los temas prácticos: ¿cuántos y qué días a la semana es mi responsabilidad la criatura (digo criatura porque eso de “la” “el” “lo” o lo que sea me complica y odio el fenómeno @)?, ¿se debe acordar un programa de gobierno de la criatura o se deja al arbitrio del Estado en donde se encuentre?, ¿lo mismo corre con los productos a utilizar con la criatura (pañales, cremas, remedios, etc.)?

Mi conservadurismo pasa por la economía que implica el matrimonio (relación de dos personas que tienen un vínculo contractual que los une por un tiempo indeterminado), economía que no tiene que ver en absoluto con el dinero: este es uno más de los puntos y que a mi entender es mucho más fácil de resolver. Con economía me refiero al uso del tiempo, de energía, de recursos concretos como abstractos, de lograr que este sistema llamado familia funcione. Para esto (y he aquí que el señor conservador, maletín en mano, aparece) es necesario reglas claras. Nada de ambigüedades liberales ni de compromisos de palabra, que ya saben lo que el viento hace con ellos…más o menos así parte todo este cuento.

Antes de cerrar esto debo reconocer otra cosa: me gusta Politik de Coldplay. Las razones son simples: simplicidad, simplicidad y simplicidad…y eso de ir ascendiendo hasta el clímax, algo así como lento y seguro. Esta bien armada la cancioncilla aquella. Otra cosa es Black Eyes, que todavía no los puedo entender. Pero hay que perseverar y perseverar y perseverar, por lo siglos de los siglos…eso.

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