jueves, marzo 02, 2006

sed


Todo era muy simple. Era dejar a mi primo en el terminal de buses y regresar. Pero las planificaciones siempre fallan por el lado más simple y eso fue lo que exactamente sucedió. La noche anterior se realizó la tradicional “noche de despedida”, aprovechando además el festival de viña y la presentación de Franz Ferdinand. Por supuesto fue una noche larga y de mucha cerveza, lo que tiene sus costos, como la increíble sed que sentíamos mientras estábamos en el terminal. Con mi hermano imaginábamos un vaso de bebida con hielo, ojalá de máquina, pero nada. En el maldito lugar no existía tal vaso de bebida, hasta que se me ocurre mirar hacia el segundo piso, donde está el patio de comidas. Bueno, la idea se complicó un poco más, pero no tenía porque complicarse más: un vaso de bebida con algo para comer…no sé, quizás unas papas fritas…

En algún minuto algo pasó que todo fue otra cosa. Quizás hablamos en otro idioma o alguien nos dijo algo o leímos algo o quizás un chip insertado que se activa en los locales de comida chatarra, pero termina en lo que se observa en la fotografía. Ahora, no entendí eso de papas fritas y empanadas con una pizza. De verdad que no lo entiendo. O sea, no lo puedo entender.

Otra cosa es lo que sucedió con Franz Ferdinand. Se comprobó una vez más el pésimo sonido del festival, que significó esperar al menos cuatro canciones antes que le subieran a las guitarras y la batería. Pero los tipos la llevan arriba del escenario, con harto power y una presentación impecable. Buenos cabros los FF…

Una recomendación: si tienen que ir a alguno de los terminales de buses de Santiago, háganlo rápido y nada de pensar en comer u otra cosa. Hay mejores formas de perder el tiempo.

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