jueves, octubre 27, 2005

Dia 1

Mañana agitada, resolviendo los detalles que siempre se dejan para última hora. Luego una reunión en la que definitivamente no estaba: un café, cigarrillos y salida de emergencia. Pasé por mi departamento a recoger lo necesario para una semana de viaje y de ahí al aeropuerto.

De eso trató el primer día. Sin embargo estaba aquello de pensar en muchas cosas al mismo tiempo y no entender nada. Un en blanco ruidoso que no llevaba a ninguna parte. Me di cuenta en tierra, camino a la ciudad de Iquique. Pasamos por una suerte de playa que me pareció familiar y recordé que alguna vez fui iquiqueño de adopción. ¿Qué pasó? Supongo que tiene que ver con esos días en que todo sucede, desborde de emoción de racionalidad y de relaciones intensas. No lo planteo en negativo sino en su fuerza, lo que inevitablemente agota o deriva en ese ruidoso blanco.

Reencontrarse con viejos y queridos amigos siempre es un placer. Tanto así, que la confusa llegada y la hiperactividad, cercada por la tranquilidad de una pequeña ciudad, lentamente se reduce, te cansas, te relajas y fluyes. Como nuestra conversación, que se extiende por horas y que podría seguir. Pero hay que dormir; hay trabajo que realizar; aún es miércoles y quedan dos días de trabajo.

miércoles, octubre 19, 2005

café

Luz.  El sonido ascendente del despertador, lo busca entre los pliegues de la sábana y lo apaga.  Pie derecho en el piso.  Tropieza con el cerro de periódicos y otros papeles que una vez leídos vuelan hacia el piso, extraña costumbre cuyo origen desconoce.  Se recupera, da dos pasos, se estira.

Nada aún.

Toma la cafetera italiana, la limpia, la lava, seca la parte inferior, prende la cocina, llave roja, agua en el recipiente, inserta el filtro, subjetiva medida de café dentro del filtro, seca el filtro superior, ambas partes –contenedor y recipiente- se unen, se cierra a presión y la ubica sobre el tibio plato de la cocina eléctrica.

Nada sucede.

Se afeita, abre la llave de la ducha, mira un rato, se desviste, subjetivo cálculo de la temperatura del líquido que cae, ingresa, cierra la cortina, se moja…y sucede.

Mientras se masajea el pelo, el mar golpea su cabeza, y la espuma blanca corre por su cuerpo.  Todo es azul, todo es claro, y el mar lo acaricia y se devuelve.  Esa calma cada vez se torna más muerte, y el mar comienza a cubrirlo todo, ya no hay sonidos…solo placer.

Cada vez se hunde más, pero no le importa.  Comienza a desaparecer…olor a café.

Abre los ojos, cierra la llave, toma la toalla, se cubre, abre la cortina, se seca rápidamente, los pies en las sandalias, la cocina, retira la cafetera del plato, apaga la cocina mientras sirve el café.  Se termina de secar…hace calor, así que con el boxer basta…

Toma la taza y bebe café.

domingo, octubre 16, 2005

dialogar



Y yo le dije entonces: ¿así que nunca has oído a los Question Mark? Y él dijo no, no los he oído nunca. Y entonces yo le dije que tenía que escucharlos algún día, que eran muy buenos, pero en realidad dije eso porque ya no sabía que decir.

Michel Bulteau, 1978




Lee, lee y lee. También música…la música del texto y de la otra. Hablaba con una amiga y concordábamos en el tipo de música para caminar o aquella para estudiar o trabajar sin que se te metan las ganas de cantar o bailar (que no es mi caso…solo espasmos que podrían interpretarse como “baile”); música liviana y con la cantidad exacta de ritmo y tiempo…nada muy exagerado.

Pero hablar…conversar, dialogar, chatear… Esta la chica de Uruguay, amiga muy querida a quien no tengo el placer de conocer, o sea, nuestros cuerpos no se conocen. Conversamos casi a diario y se ha dado una relación increíble, y por supuesto que es inevitable pensar en lo caótico de todo esto y de cómo te puedes encontrar anónima y azarosamente con alguien con quien podrías conversar infinitamente. El extraño orden del caos.

Es la música del silencio la que a muchos aterra, como aterra el exceso o esa suerte de soliloquio: el teatro del ego. El primero hay que aprender a disfrutarlo; el segundo… ¿psicoanálisis? Bueno, otros escriben en la soledad y dialogan en compañía. Me quedo con los últimos.

viernes, octubre 14, 2005

despertar

Será porque desperté con el sick of you o esa pequeña muerte en sus ojos. Será por el sabor amargo en la boca que me obliga a pensar en el hígado…existen los médicos, pero desecho la idea. Será la violencia de una hora menos y el cuerpo que reclama; o quizás Kim Gordon gritando you’re the one o la imagen de lluvia y tristeza de Stones…a sonic nurse for my liver.

De un día para otro me convertí en el último hombre de mi piso. La nueva relación: 1 de 4. Por lo menos dos de ellas se conocen, lo que ha modificado un poco la tranquilidad del piso…las puertas se abren más que antes. Bien, antes estaba mi odiado vecino, que un día desapareció y lo siguiente que ocurrió fue el desfile de desconocidas personas desocupando su departamento…y ahora las chicas que se conocen…es la hora de la paranoia.

Y luego la calle. El recorrido. Las personas que conozco pero no saludo. El último instante de calma y luego el “bienvenido a la producción”. Bueno, quién no produce.

Tarde-noche. Luz roja. La misma esquina de siempre y el reloj que quedó en coma a las 7:36. Verde. Cruzo y de vuelta a la calma, de vuelta al amor incondicional de mi cama y mis libros.

jueves, octubre 13, 2005

Los Asesinos

Hoy perdí lo que iba a escribir…pero sé donde está.

Sin embargo, recordé un cuento de Hemingway llamado Los Asesinos…de cómo el diálogo hace desaparecer un arma.  Buenísimo.
hoy...vino...

lunes, octubre 10, 2005


antes

Antes

Yo no era

Ahora soy

Antes no era Antes

Ahora es hoy


Ahora soy un lastre

De profesión

Duermo en un catre

Sin protección


Como antes

Más que antes

Como ayer


Antes

Mi cabeza era un melón

Podrido Antes de tiempo

Fuera de estación


Antes

Yo era tu hijo

Ahora

Tu eres mi padre

Los Tres - fome



jueves, octubre 06, 2005

Elvira Madigan

Increible los modos como puedes llegar a una linda historia...historia sueca, no cuento. Bueno, también esta la peli y el vínculo que reconstruye (o construye en mi caso)
esta cadena de asociaciones . Para aquello hay que conocer a Komeda (no, no a Krzysztof), escuchar su disco Kokomemedada y tal vez se entienda esto.

Aires de romanticismo...susurros.

De que se trata todo esto

De que se trata todo esto.  De escribir, de decir, de leer, de pensar, de hablar, de pensar, de teclear, de pelear con las palabras, con lo que eres y tratas de ser, con el que crees que eres y el que creen que eres, con el comentario de la mañana, con el saludo de la tarde, con el buenos días de la noche y la despedida que te da la bienvenida, de pensar y escribir lo que no pensaste, de pagar y no recibir nada a cambio, de consumir vacíos, de querer y amar…de odiar y desear y perder y llorar y pelear y pelear…y pensar y volver a pensar…pero…pero por sobre todo…esto se trata de creer…tan solo, por ejemplo, de creer que esto esta escrito con 130 palabras.