viernes, septiembre 30, 2005

Amor 77

Y después de hacer todo lo que hacen, se levantan, se bañan, se entalcan, se perfuman, se peinan, se visten, y así progresivamente van volviendo a ser lo que no son.
Julio Cortazar

jueves, septiembre 29, 2005

...entonces el final siempre te lleva al principio. Y el camino es en reversa y no de un salto, evitando el recuerdo. Demasiado tarde, sí, pero felizmente tarde para ti, porque el desenlace de toda esta extraña historia termina bien para ti. Termina donde tu siempre quisiste estar. Eso, definitivamente eso, es un buen final.

"De la Configuración de Tres Muertes" (Texto ficticio)



miércoles, septiembre 28, 2005


VÉRTIGOS O CONTEMPLACIÓN DE ALGO QUE TERMINA

Esta lila se deshoja.

Desde sí misma cae

y oculta su antigua sombra.

He de morir de cosas así.

Alejandra Pizarnik

martes, septiembre 27, 2005


Caminábamos juntos. No lo sabíamos. Quizás yo no lo sabía y lo suponía. Uno al lado de otro siempre ha sido caminar juntos. No hablábamos, solo caminábamos. En algún momento intente decir algo, pero la duda...la duda de que quizás nuestro paso era el mismo y la casualidad quiso que caminásemos juntos, uno al lado del otro. Pero a veces ella me miraba y sonreía. Y yo pensaba si era su forma de decirme, amablemente, que no sería ella quien terminase con aquella extraña situación.

Fue un largo andar y un largo dudar, pero cuando finalmente ingresamos a aquel local, supe que estábamos juntos. Pedimos lo de siempre. La mesera nos lo recordó, aunque sin mencionarnos que era lo de siempre. Asentimos al mismo tiempo y comenzamos a fumar.

El silencio es una larga conversación. Como el ajedrez, mueves las piezas antes de tocarlas; la palabra es la jugada y te puede costar la partida. Y así, dos jugadores se enfrentaban, perdían y ganaban sin siquiera mover una pieza. Dos cigarrillos y llegan las cervezas. Comenzamos a beber y de regreso a los cigarrillos. El tablero intacto y algo de angustia en los rostros. La partida será larga.

He cerrado los ojos por unos segundos y todo es distinto. Alguien me habla y yo asiento. No sé con quien hablo, pero nos conocemos. El local es otro, la hora también. Hoy fumo tabaco y no cigarrillos. Bebo ron y no cerveza. Ella habla y yo asiento. De vez en cuando digo algo y ella asiente. Entonces llego a la conclusión de que no estamos conversando, sino que simulando conversar. Ambos sabemos el fin de aquello. Pero las historias necesitan desarrollo y ambos estamos de acuerdo. Cierro los ojos. Hoy tiene el pelo distinto. Lo mismo su ropa, que no es su estilo, al menos no el de ayer. La miro y me sonríe. Caminamos ebrios, riéndonos de todo y de nada. Queremos seguir bebiendo y lo conseguimos. Música, cerveza y cigarrillos. Las piezas intactas sobre el tablero. Continuamos en mi cama y me duermo.

Hoy despierto y no sé porque no duermo solo. Ropa en el suelo, dolor de cabeza y silencio, mucho silencio…

lunes, septiembre 26, 2005

La indefinición de lugar que plantea John Berger, hace pensar en este mismo espacio. ¿Dónde están estas palabras? Entiendo que se refiere al lugar como experiencia, por lo que la pregunta debiese ser si es posible la experiencia en éste “lugar”…no es un tema que quiera desarrollar, es tan sólo una duda.

Sobrevivir a un fin de semana en cama, enfermo, soportando las extrañas manifestaciones de un cuerpo afiebrado, es un tema. Pero no dejo de pensar que un estado febril nos da algo de claridad. Por ejemplo, mientras transpiraba y retorcía en la cama, resolví con inusual rapidez un puzzle. También pude solucionar algunas dudas que durante la semana pasada habían aumentado en cantidad y calidad. Otro, mientras escuchaba música, pude notar tonalidades y matices en discos que hacía mucho no escuchaba. Bueno, también esto último...lo de escuchar viejos discos.

Fue una experiencia: sentirse vivo siempre es una experiencia.

miércoles, septiembre 21, 2005

Comenzar tiene mucho de certidumbre; terminar es lo incierto. No siempre es así. Más bien es aplicable a nuestros actos "racionales" o "concientes". Este espacio de eso trata: de comenzar y asumir lo incierto del final.

Mientras se escribe esto, el cuerpo que organiza estas letras se encuentra afiebrado. No por la emoción del momento, más bien por un lamentable y a veces bienvenido estado gripal. Toda enfermedad te devuelve al cuerpo; quizás (sólo quizas) eso sea lo lamentable. Pero una vez superada, se agradece el cambio. La muerte...la muerte es la superación de la enfermedad por otro medio.

Bueno, pequeñas ideas en un estado alterado...la fiebre podría ser una droga.