miércoles, febrero 08, 2006

maldita tv

Un hombre debería ser feliz cada vez que aparece un bikini en la pantalla, porque es el bikini lo que aparece y no otra cosa. Lo mismo sucede si es un desfile de ropa interior, faldas cortas (muy cortas) o algo que implique economía de algún tipo de tela; el punto es que no es la modelo la que lleva puesto tal o cual cosa, sino que es un bikini en una modelo.  Sutil diferencia, pero nunca menor.  Quizás al hacerlo así olvidamos que es una persona que está prácticamente desnuda en pantalla desapareciendo el sentido original de dichas “prendas”.  No vas en bikini a comprar el pan.

Pero un hombre debería ser feliz cada vez que aparece un bikini en la cajita, porque al hombre le gusta mirar, especialmente bikinis en la cajita, y al parecer, son hombres los que ven televisión todo el día, porque bikinis hay todo el día en televisión.  Me imagino a un piloto de avión con su pequeño televisor encendido en algún lugar de su tablero de mando.

Bikinis everywhere.  Recordaba Bikini Bandits, una de esas extrañas películas que te hacen pensar sobre qué es más efectivo: ¿un arma o un bikini? La combinación es una bomba.  Ahora, extrañamente, la mayoría de los (nótese el “los”) guardias son hombres…mmmmmm este verano esta masacrando mis neuronas.

Falta poco para la no-tv…

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