
Recuerdo aquellos tiempos en que nuestra oficina contaba con una bendita cafetera express...
Recuerdo las cincos tazas de café diarias...
Recuerdo lo bien que todo funcionaba gracias a esa bendita cafetera express...
Recuerdo el aroma de nuestra oficina y la taza siempre humeante...
Recuerdo que almorzar se transformaba en una excusa para la siguiente taza de café...
...y ésta, para salir a buscar un chocolate con que acompañarlo.
Recuerdo que fue y que ya no es.
...y no son cosas de la imaginación.
2 comentarios:
es horrible cierto... estoy tratando de dejar de fumar...y es imposible.
Me declaro adicta a la cafeína..hay aficiones más dañinas.
Un beso.
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