miércoles, junio 21, 2006

me quedé dormido en el metro



Sí, a veces exagero con lo del trabajo, pero así es la vida para algunos y para muchos.

No me va eso de las apologías y el diga las 3 cosas más satisfactorias, importantes o que se yo...lo mismo lo contrario. No es territorio neutral, es que esta todo tan clisè o tan dicho que resulta insustancial. Bueno, tampoco se trata de materialidad o "el peso"; no se trata de ponerle medida a las cosas...en fin, son muchas más las cosas de las que no se trata que de lo que sí.

La cosa es que a veces trabajo demasiado y no le veo el problema. Me divierto y me permite "sentirme útil para la sociedad".

Hablando en serio, lo hago porque ciertamente hay un placer en ello. Otro, es que te permite no estar en el constante aburrimiento de la rutina de otros trabajos. Claro, se podría pensar que paso sentado todo el día frente al computador, pero no. A veces me siento a almorzar, en la sala de reuniones, frente al televisor (un mundial permite encender un televisor en horario de trabajo) o en alguna cafetería. O sea, estamos hablando de un trabajo bastante telúrico. Cierto, mentalmente es otra cosa.

Hoy en la mañana me tocó el tremendo viaje a Puente Alto...por trabajo, y conocí a una chica de La Bandera que no entendía el miedo a la delincuencia y esas cosas. Yo tampoco lo entiendo.

País de ñoños.

2 comentarios:

damiatron dijo...

Está claro. Mi pecado "capital" es la envidia...

virgen del hemisferio izquierdo dijo...

jajajaja...ahahahajajajajaja.ejejejejejejejejejee.cof cof...jejeje