Cada vez que veo una de esas cajitas imagino órganos dentro de ellas: un hígado, un corazón, un riñón, un cerebro (de seguro para un skinhead), o algo así.
No es lo mismo un órgano dentro de su correspondiente cuerpo a uno circulando solitariamente por ahí. Supongo que esto da para muchas historias que no pretendo contar porque estoy cansado y porque la idea es escribir poco y decir poco o nada y no aburrir y jugar a veces con las puntuaciones y la respiración y blablablabla. La idea es aburrir.
Ayer se realizó lo que llamaremos segunda celebración o descerebración. Hasta las 17 horas de hoy aún mi lengua tenía ese extraño color púrpura…por eso hoy hablé poco y casi no reí.
Mi estimada y amigada compa de ofi quedo tirada en su cama y fracasó su esforzado intento por venir a trabajar hoy. Otros huyeron en el entretiempo o más temprano que el insólito no-horario de salida. En cambio el festejado continúa trabajando y no sabe hasta que hora lo hará. Las razones: informes informes informes.
Un detalle: no sé como llegué a mi cama…una vez más.
Se suma a todo esto la no-ida a un bar-pub-tocata-alguien-que-a-última-hora-canceló. Pura mala onda. Así como vamos…mejor firmar contratos para todo.
Recién una amiga me contaba que estaba sufriendo un ataque de “fomedad”. Cuáles son los síntomas o el principal síntoma: no saber qué te pasa. Ella esta siempre a la vanguardia en eso del arte de contar cosas raras. Aunque es posible que nos encontremos frente a una nueva patología.
En fin, creo que esto ha quedado lo suficientemente inconexo como para ser posteado.