viernes, octubre 14, 2005

despertar

Será porque desperté con el sick of you o esa pequeña muerte en sus ojos. Será por el sabor amargo en la boca que me obliga a pensar en el hígado…existen los médicos, pero desecho la idea. Será la violencia de una hora menos y el cuerpo que reclama; o quizás Kim Gordon gritando you’re the one o la imagen de lluvia y tristeza de Stones…a sonic nurse for my liver.

De un día para otro me convertí en el último hombre de mi piso. La nueva relación: 1 de 4. Por lo menos dos de ellas se conocen, lo que ha modificado un poco la tranquilidad del piso…las puertas se abren más que antes. Bien, antes estaba mi odiado vecino, que un día desapareció y lo siguiente que ocurrió fue el desfile de desconocidas personas desocupando su departamento…y ahora las chicas que se conocen…es la hora de la paranoia.

Y luego la calle. El recorrido. Las personas que conozco pero no saludo. El último instante de calma y luego el “bienvenido a la producción”. Bueno, quién no produce.

Tarde-noche. Luz roja. La misma esquina de siempre y el reloj que quedó en coma a las 7:36. Verde. Cruzo y de vuelta a la calma, de vuelta al amor incondicional de mi cama y mis libros.

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