martes, septiembre 27, 2005


Caminábamos juntos. No lo sabíamos. Quizás yo no lo sabía y lo suponía. Uno al lado de otro siempre ha sido caminar juntos. No hablábamos, solo caminábamos. En algún momento intente decir algo, pero la duda...la duda de que quizás nuestro paso era el mismo y la casualidad quiso que caminásemos juntos, uno al lado del otro. Pero a veces ella me miraba y sonreía. Y yo pensaba si era su forma de decirme, amablemente, que no sería ella quien terminase con aquella extraña situación.

Fue un largo andar y un largo dudar, pero cuando finalmente ingresamos a aquel local, supe que estábamos juntos. Pedimos lo de siempre. La mesera nos lo recordó, aunque sin mencionarnos que era lo de siempre. Asentimos al mismo tiempo y comenzamos a fumar.

El silencio es una larga conversación. Como el ajedrez, mueves las piezas antes de tocarlas; la palabra es la jugada y te puede costar la partida. Y así, dos jugadores se enfrentaban, perdían y ganaban sin siquiera mover una pieza. Dos cigarrillos y llegan las cervezas. Comenzamos a beber y de regreso a los cigarrillos. El tablero intacto y algo de angustia en los rostros. La partida será larga.

He cerrado los ojos por unos segundos y todo es distinto. Alguien me habla y yo asiento. No sé con quien hablo, pero nos conocemos. El local es otro, la hora también. Hoy fumo tabaco y no cigarrillos. Bebo ron y no cerveza. Ella habla y yo asiento. De vez en cuando digo algo y ella asiente. Entonces llego a la conclusión de que no estamos conversando, sino que simulando conversar. Ambos sabemos el fin de aquello. Pero las historias necesitan desarrollo y ambos estamos de acuerdo. Cierro los ojos. Hoy tiene el pelo distinto. Lo mismo su ropa, que no es su estilo, al menos no el de ayer. La miro y me sonríe. Caminamos ebrios, riéndonos de todo y de nada. Queremos seguir bebiendo y lo conseguimos. Música, cerveza y cigarrillos. Las piezas intactas sobre el tablero. Continuamos en mi cama y me duermo.

Hoy despierto y no sé porque no duermo solo. Ropa en el suelo, dolor de cabeza y silencio, mucho silencio…

1 comentario:

damiatron dijo...

a proposito de Berger, que lugar para animar un relato, confieso que mi imaginación es muy amplia, y a veces creo que el universo es aun mas grande cuando cierro los ojos... Magritte es la pauta...
(muy bueno)