viernes, enero 05, 2007

niños

La búsqueda de las causas finales es la panacea que todos esperan demostrar o encontrar. Es la búsqueda del origen de todos los males o bienes de algo arbitrariamente elegido (bueno, al psicoanálisis con esa pregunta).

(tomo la primera aspirina de dos diarias)

Puede que el calor excesivo produzca este tipo de delirio, donde la sospecha comienza a desarrollar su juego y descubre o crea redes complejas con un único origen, porque hablar de algo es hablar de muchas cosas al mismo tiempo.

(sorbo de agua)

Cuando a un niño le queremos enseñar que algo no lo debe hacer porque es peligroso o simplemente porque aun no le esta permitido hacerlo, lo argumentos racionales están prácticamente demás, básicamente porque por más que les expliquemos no lo entenderán. Esto ocurre porque es en el plano de la abstracción en donde los argumentos racionales funcionan, antes no. Cierto, es posible que si les explicamos entiendan algo o más bien retengan algo, pero el trabajo intelectual aun no es de la complejidad de un adulto o un adolescente.

Normalmente se recomienda frente a conductas de niños que se quieren evitar, corregir o mejorar, modelos sistemáticos, como el cuestionado refuerzo positivo entre otros, pero que básicamente apuntan a órdenes claras, precisas, de una racionalidad básica, que simplifiquen una larga argumentación de lo positivo o negativo de la conducta, porque por ejemplo, para acabar con una pelea entre dos niños que no desean compartir sus juguetes resulta absurdo explicarles el ideal de la solidaridad.

¿Le ha ocurrido que ya siendo un adulto lo tratan como a un niño?

Por ejemplo, cuando no le explican porque tiene que hacer los treinta trámites que resignadamente termina realizándolos sin saber para qué; cuando su doctor lo reta porque se enfermo o no le explica porque tiene que hacer las cosas que él –crípticamente- dice que usted debe hacer; cuándo se demoró en el pago de algo…¡y lo retan!; cuando alguien no es capaz de explicarle la diferencia entre A y B suponiéndolo obvio ('supuestamente' para un adulto), y enojándose por su ignorancia; cuando los políticos –tal cual como cuando se trata de engañar a un niño- tratan de desviar la atención sobre un problema grave tipo corrupción, o simplemente alguien le dice que tiene que hacer tal cosa ‘porque sí nomás’.

La tarea para la casa (y he ahí lo de la sospecha) es el porqué de esto. Se supone que ocurrió con los españoles post-franco. También esta el tema de que estamos en una época de derechos más que de deberes. Otro, es el pánico (principalmente de las mujeres) al peligro, etc.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pelu, la cantidad de llamadas y mails recibidos que agradecés son sólo un reflejo mínimo del apoyo que cada uno a su manera puede brindarte y te aseguro que atrás de cada mensaje hay muchos otros que están pendientes del blog de una forma más anónima o de novedades de boca de quienes te conocen y tienen una relación más íntima con vos.
Me pone un poco triste saber que emocionalmente las cosas no fueron del todo bien, supongo que es natural y que no hay con qué darle a eso… pero si al menos lo físico no fue difícil, rescato eso como bueno.
Besos. Vera.

Anónimo dijo...

Bue.. Me re cago en haber comentado acá lo que era para otro lado... en fin, quería comentar que quedé con una necesidad imperiosa de vaciar la tableta de aspirinas después de haber leído este post, prueba de ello es el mareo existencial que me dejó más estúpida de lo que soy y por eso estoy incapacitada para hacer la tarea para el hogar que se propone en el último párrafo.
Muelo 8 aspirinas y me pongo un saque.
El polvito blanco se confunde con otras sustancias, esas que te llenan de coraje y lucidez al menos por un rato... aprovecho para pedirte que borres mi comentario anterior que era para el blog de mi tía.
Saludos.
Vera mareada, confundida y siempre estúpida