lunes, octubre 16, 2006

prístino


A veces pasa que se despierta con un sueño hecho carne, como aquella vez que desperté con el clic de la pistola en mi sien y sin saber jamás si el ruidito aquel fue real o no; y los ojos pegados en el signo de interrogación en rojo tamaño carta en el techo, que un día pensé sería una interesante manera de despertar…o de ver al despertar. Desde aquel día que no creo en los sueños y que creo que no es más que la continuación de la vida por otros medios...tomando prestada la frase.

El punto es que hoy ocurrió de nuevo y no puedo sacarme esa sensación y olvidar esa imagen; digamos que hoy ocurrió un algo que puso en duda ese límite que pensé resuelto; algo así como las pesadillas de la niñez, donde su realidad es la que te angustia, lo mismo un ataque de pánico.

Tampoco trato de decir que se es consciente cuando se sueña (se supone que existe una tribu africana que blablabla…hay antropólogos especialistas en “descubrir” nuevas tribus, ritos y largos etcéteras de dudosa “realidad, cuando al parecer el punto es demostrar sus puntos), sino que no existe esa conexión con el despertar porque el sueño rápidamente desaparece, y en última instancia, sabes que fue un sueño y que mañana quizás no lo recordarás.

El sueño lleva una mañana repitiéndose, la sensación también, y nada me puede convencer que simplemente fue un sueño, algo que por sus características es imposible que suceda. Pero quizás es por eso el que sea recurrente, porque de su imposibilidad es que la simple posibilidad se alimenta…y se vuelve terrorífica.

1 comentario:

damiatron dijo...

Hubo un tiempo en que soñe cinco veces seguidas que moría. Quizá pasó... La Muerte en cualquiera de sus formas es solo eso, Muerte. Los sueños...